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viernes, 2 de junio de 2017

La crisis de la adolescencia. ¿Cuáles conductas podemos educar y cuáles no?

Fuente: catholic-link.com

El video que vemos hoy es una de esas frecuentes ocasiones en las que la ciencia nos muestra las obras admirables de Dios. Cuánto más investigamos el cuerpo humano y sus procesos, más nos asombran las obras admirables del Creador.

En una época en la que un movimiento ideológico quiere convencernos de que las diferencias entre los sexos son meramente culturales y accidentales, y que el dato biológico no tiene ningún peso, este video nos ilustra sobre la verdad de la diferencia entre hombres y mujeres: estructural, morfológica y fisiológicamente somos distintos. Eso se traduce en una evolución de la conformación cerebral diferente, y, por lo tanto, en comportamientos diferentes, especialmente durante la adolescencia.

Antes de comentar el video, quiero hacer una salvedad. El ser humano es más que solamente un cuerpo. Estos videos pueden dar la idea equívoca de que el ser humano es solo materia y que toda su realidad puede entenderse desde el punto de vista fisiológico. La realidad es que somos una sola entidad: alma y cuerpo. El cuerpo influye al alma. Por ejemplo: cuando estamos deprimidos, puede ser por una causa fisiológica como la falta de algún mineral, o cuando alguna desgracia nos lleva a tener enfermedades somáticas, generadas desde el alma, pero que repercuten en el cuerpo. Somos un “cuerpoyalma”: ni solamente un cuerpo como un animal, ni solamente un espíritu como un Ángel.


Dado que nuestros cerebros maduran distinto, con ritmos distintos, y en direcciones no convergentes, es normal y natural que tengamos diferentes comportamientos, especialmente durante la adolescencia. Comprender y acompañar este proceso puede servirnos a los que somos padres de adolescentes a ayudarlos en sus necesidades concretas, sin impedir el desarrollo de sus personalidades. Una tentación muy frecuente para los padres durante este período de rebeldía y confrontación con la autoridad paterna es querer doblegarlos y hacerlos madurar “a nuestra imagen y semejanza”, justo en el momento en el que ellos quieren independizarse y sentir que toman sus decisiones.

La adolescencia es un período complejo, y tanto los padres como los formadores a cargo de jóvenes, tenemos que aprovechar estos avances de la ciencia para poder explicarles mejor las dificultades que pueden atravesar y ayudarlos sin interferir en su desarrollo.

1. La madurez necesita de tiempo

Cuando damos charlas para adolescentes, lo que más trabajo les cuesta entender es por qué no podrían tener relaciones sexuales, si ellos consideran que “ya están maduros” como para hacerlo. Y este video, si bien parte exclusivamente de la fisiología, explica muy bien las cosas: la madurez no es solo fisiológica, sino que hay que dejarle tiempo al cerebro para que se desarrolle. Siendo el área que refleja las decisiones racionales y que evalúa los riesgos, la última en desarrollarse, cualquier adolescente debería comprender que a la hora de decidir tener relaciones sexuales, su autonomía no puede ser la última palabra, y que tiene que escuchar a quienes, desde la experiencia, pueden juzgar mejor que ellos las decisiones que quieren tomar. Desde el punto de vista de la antropología, podríamos decir que los adolescentes varones buscan una relación desde el plano físico de la personalidad. Las mujeres, generalmente, buscan desde el plano emocional, pero ninguno de los dos está completamente desarrollado desde lo afectivo y cognitivo como para tomar una decisión racional para involucrarse en una relación de largo plazo.

2. Los adolescentes están expuestos a riesgos concretos

Los adolescentes además tienen otros problemas. Las redes sociales constituyen su plataforma de “lanzamiento” a la vida, pero también son espejos donde miden su aceptación y pertenencia. En un momento donde la aceptación y la pertenencia son tan cruciales para la conformación de su personalidad, están expuestos a la repulsa y al ridículo. Las redes sociales se convierten entonces ya no en redes de soporte, sino en trampas donde los adolescentes caen muy frecuentemente. Como este campo de acción es desconocido para los padres, muchas veces los adolescentes quedan expuestos a peligros que los padres ignoran o subestiman. Otra respuesta frecuente de los padres es prohibir el acceso a las redes sociales, convirtiendo a sus hijos en auténticos “parias sociales” para sus pares.

El otro problema importante, especial pero no exclusivamente en los varones, es el problema del alcohol y otras adicciones. El exceso de testosterona en el cerebro del varón los lleva, como dice el video, a querer desaparecer del mapa social justo en una edad en la que están con las hormonas disparadas, y que la necesidad de relacionarse con el otro sexo es también parte de su pulsión vital. Como la testosterona bloquea el desarrollo de las áreas del lenguaje, y la vasopresina los empuja a tomar decisiones riesgosas, los varones adolescentes incurren en la ingesta de estimulantes para quebrar esa resistencia a comunicarse, pudiendo incluir el alcohol y las drogas.

3. La tarea de los padres

Pero hay un área en la que los padres sí tendremos que hacer “nuestras tareas” como corresponde para poder ayudar a lograr un desarrollo armónico de la personalidad de nuestros hijos adolescentes. En el sitio web “MamaNatural.com” se subió una frase que decía: «Lo mejor que un padre puede hacer por su hijo es amar a su madre». El post resultó altamente controversial, porque muchas madres solteras decían que ellas habían criado a sus hijos sin necesidad de un padre, y muchos padres desplazados sostenían que eso sería verdad en el caso de que la madre de los niños no fuera “una creación de satanás”. Bromas aparte el respeto y la búsqueda del equilibrio entre ellos es crucial para el buen desarrollo de los hijos.

El Papa francisco dijo, dirigiéndose a las parejas de novios que se preparan para la boda,
«El matrimonio es también un trabajo de todos los días, podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su esposa y la esposa tiene la tarea de hacer más hombre a su marido[…] Es esto, llegar a esto: hacernos crecer juntos, el uno al otro. Y los hijos tendrán esta herencia de haber tenido un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose —el uno al otro— más hombre y más mujer».

La influencia que las relaciones de sus padres tienen en el modo en que los adolescentes enfrentan las relaciones durante la adolescencia y la vida adulta es enorme. Si los hijos crecen en un ámbito de amor y respeto, van a aprender a amar y respetar. Si los hijos crecen en un ámbito de peleas y odios, van a aprender a pelear y odiar.

Este tipo de videos nos pueden ayudar mucho para comprender y acompañar a quienes más están necesitados de guía y sostén espiritual. También les puede servir a ellos mismos para comprender los procesos por los que están pasando. El comprenderse los va a ayudar en su desarrollo personal y espiritual.