Por: Padre Sam.
Como sacerdote, me encuentro a diario con muchísimas personas, además, con la evangelización a través de las redes sociales, esos encuentros crecen de manera exponencial. Y me he dado cuenta de que muchas veces batallamos en las palabras a utilizar cuando me debo dirigir a un sacerdote, a un Obispo, un Cardenal o un Papa.
¿Sabías que para cada uno de ellos existe una palabra propia? Sí, en unos casos hay una palabra propia para dirigirse a esa persona, y en otros, varias palabras, por eso es saludable conocer dicho lenguaje, no vaya ser que “metamos la pata” (nos equivoquemos) utilizando una palabra que no sea la adecuada. Veamos…
En el caso del Papa, hay muchos nombres que lo definen, por ejemplo: Santo Padre, Papa, Pontífice, Sucesor de Pedro, Romano Pontífice, etc, pero esos son nombres “en tercera persona”, es decir, para utilizarlos cuando se menciona en un artículo, noticia o lo que sea. En caso que fueras a dirigirte personalmente a él (saludarlo, correspondencia), la palabra propia que se utiliza es “su Santidad”. En el caso presente, sería “su Santidad, Papa Francisco…”.
Luego, siguiendo la jerarquía eclesiástica, sigue el caso de un cardenal. También tiene varias palabras que lo definen: príncipes de la Iglesia, cardenal, purpurado, nombres a utilizar en tercera persona. Al momento de dirigirse a uno de ellos, la palabra propia a utilizar será “su Eminencia”.
Ya casos más cercanos son los Obispos, que son los que están a cargo de una Diócesis (un territorio determinado), y que son los responsables de llevar adelante el cuidado pastoral de su área. Al momento de dirigirse a un Obispo, la palabra adecuada es “su Excelencia”. Es bastante común confundir “su Excelencia” con “su Eminencia”, pero ahora ya tenemos claro que la primera es para un Obispo, y la segunda para un cardenal.
El caso del sacerdote es quizás el más familiar, pues todos tenemos la posibilidad de ver, saludar o hablar con un sacerdote. Hay muchos nombres que se refieren a sacerdote: padre, cura, párroco, vicario, cada uno de ellos hay que saber utilizarlos en la situación adecuada. Lo más natural (y apropiado) para dirigirse a un sacerdote es “padre”. En algunas regiones, cura lo toman como despectivo, mientras que sacerdote es el nombre original (de sacerdos en latín), pero al momento de llamar o hablarle, puede ser a través de su nombre o de “padre”.
Ninguno de ellos se enojará o te reclamará porque uses otros calificativos al dirigirte a ellos, pero ya sabiendo el lenguaje correcto, lo mejor será que utilicemos la palabra apropiada en cada caso particular.
– Padre Sam
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