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lunes, 30 de octubre de 2017

Puedes volver a casa a las … ¡y ni un minuto más tarde!

Fuente: Aleteia

¿Es correcto que un joven de 14 años regrese a casa a las 2hrs?

Esta es una de las cuestiones que constantemente plantean los adolescentes a los padres que incluso usan para poner en evidencia lo arbitrario e incluso lo irracional de sus propuestas: “¿Qué voy a hacer a las 00hrs. que no pueda hacer a las 18 hrs?” o “¿Qué más dan las 23:30hrs que las 00hrs?”.

Estas preguntas inciden directamente en el porqué de la existencia de los horarios, en la hora en la que se fija el regreso y en la razón de su estabilidad. Veamos algunos argumentos.

Te puede interesar: ¿Qué hacer ante las primeras salidas nocturnas de los adolescente?
¿Por qué establecer límites horarios?
En primer lugar, la existencia de los horarios tiene que ver con la necesidad de establecer normas y límites. Estos están dirigidos a garantizar la seguridad, el autocontrol y el manejo de una vida saludable del menor. Y, en última instancia, bien gestionados contribuirán a mejorar la eficacia educativa de la disciplina en su proceso de socialización.

En efecto, los horarios fijados deben permitir compatibilizar la práctica de sus actividades de ocio con el mantenimiento de un estilo de vida saludable, de forma que se minimicen los riesgos a los que se pueden ver sometidos los adolescentes y se posibiliten el adecuado descanso y el desarrollo de sus obligaciones o aficiones (estudio, deporte…).

Todo ello sin olvidar que las salidas nocturnas no deberían alterar la convivencia ni la dinámica familiar habitual (horarios del resto dela familia, comer todos juntos, etc.).

Aunque a veces pasen desapercibidos al ser comparados con las amenazas externas, no deberían ignorarse tampoco todos los aspectos que inciden en la salud del adolescente.

Uno de los ejemplos más evidentes es el sueño. No olvidemos que están viviendo un proceso de maduración y un tiempo de sueño suficiente es la primera condición para el desarrollo físico y psicológico de los adolescentes.

Un tiempo de sueño suficiente es muy importante para la salud, el crecimiento y la capacidad de aprender. Lamentablemente, no todas las familias dan la misma importancia a las necesidades de sueño de los adolescentes; pero debemos saber que un preadolescente de entre 12 y 13 años tiene unas necesidades de sueño de unas 9 o 10 horas y uno de 14 entre 8 y 9.




¿Por qué fijar una hora concreta y estable de regreso?
A menudo las familias piden disponer de una tabla de equivalencias entre las edades y las horas de regreso que sean de utilidad para todas las familias y todos los adolescentes y jóvenes. Pero establecer límites horarios adaptados a la edad no es una tarea sencilla y seguramente resultaría inviable.

Es una decisión compleja sobre la que inciden numerosos factores que no pueden equipararse: desde los valores y modelos educativos de las familias hasta las edades y el grado de madurez de los adolescentes pasando por los tipos de población y las zonas de residencia.

Diferentes autores e instituciones han establecido valores indicativos, en función lógicamente de sus criterios propios y los de su entorno sociocultural.

Todos estos valores se han visto superados por los datos reales de las estadísticas. Son precisamente estas estadísticas las que deberían obligar a muchos padres a reflexionar y revisar sus criterios educativos al respecto.

Mírese como se mire, no es razonable que, como se exponía anteriormente, el 63,7% de los adolescentes de 14 años haya regresado a casa en su última salida después de las 00h y las 2h de la madrugada. Como tampoco lo es que a los 16 años un 57,9% regrese después de las 2h de la madrugada.

Por tanto, estos datos ponen en evidencia que muchos padres de nuestro país deberían replantearse seriamente este asunto y comenzar a negociar con su hijo o hija adolescente unas horas más racionales de regreso a casa.

En esta negociación es fundamental que tengan en cuenta las propuestas del propio adolescente y los argumentos que esgrima para justificarlas, porque ahí encontrarán muchas claves de interés.

Es cierto que una hora exacta no es fácil de determinar y debe estar abierta a revisión, pero no podemos subestimar su valor como referente educativo.

Para lo mismo con los 15 o 30 minutos de retraso; podríamos coincidir en que esos minutos no tienen importancia en sí mismos, pero hay que recordar de nuevo que nos encontramos en un escenario de aprendizaje donde se trata de cumplir acuerdos y compromisos adquiridos.

Lógicamente, si no fuera posible negociarlos, les correspondería a los padres definirlos.

Hay que insistir: todo lo expuesto no significa que la hora establecida no se pueda revisar y flexibilizar puntualmente en función de las circunstancias excepcionales.

Pero el valor referencial intrínseco de la hora de regreso es importante y necesario para todos: para el adolescente, porque le da la posibilidad de administrar sus tiempos y aprender a regular su conducta más allá de sus deseos; para los padres, porque les permite también ordenar la vida familiar y les facilita su compleja labor de protectores y administradores de límites.

A medida que los hijos vayan cumpliendo sus compromisos y mostrando un mayor grado de responsabilidad, se podrán ir ampliando progresivamente los horarios hasta alcanzar aquel novel que se considere irrenunciable, puesto que lo que se pretende en última instancia es que los chicos se responsabilicen de sus propias acciones y decisiones.

Artículo publicado originalmente en Religión en Libertad

sábado, 28 de octubre de 2017

Hoy celebramos a San Judas Tadeo

Fuente: aciprensa.

San Judas Tadeo: ¿Qué significan los símbolos que porta?

 San Judas Tadeo fue uno de los apóstoles de Jesús –no es Judas Iscariote el traidor –y es conocido como el patrono de las causas imposibles.

En muchas iglesias y santuarios se puede encontrar un cuadro o una pintura suya donde se puede apreciar que el santo porta una serie de símbolos. Aquí presentamos una explicación de ellos:

1.- La medalla

La medalla dorada que lleva el santo en el pecho es una efigie de Jesús conocida como la “Imagen de Edesa”.

Según la tradición, el rey Abgaro V de Edesa –localidad situada en la actual Turquía –estaba muy enfermo y tras escuchar las curaciones milagrosas que hacía Cristo, mandó llamarlo para que Él lo sanara.

Jesús se colocó un pedazo de tela en su rostro para que su imagen se imprimiera y le pidió a San Judas Tadeo que se la llevara al soberano. Cuando este recibió la tela, quedó totalmente curado. Esta reliquia se conserva actualmente en el Vaticano.

2.- La llama sobre la cabeza


San Judas Tadeo estuvo junto con los apóstoles y la Virgen María cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos.  

El capítulo dos del libro de los Hechos de los Apóstoles narra que “se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo”. (Hechos 2, 3-4).

3.- La prenda de color verde

La prenda de color verde que el santo viste representa la esperanza y la renovación.

Este color recuerda a la primavera, la estación donde las flores brotan y las plantas se tornan verdes.

4.- El mazo y el hacha

En algunas pinturas y esculturas, San Judas Tadeo aparece portando un hacha o un mazo. Según la tradición, sus verdugos lo mataron al golpearlo con un mazo en la cabeza y luego se la cortaron con un hacha.

5.- Palma del martirio

Los romanos consideraban la palma como un símbolo de triunfo en tiempos de guerra y los primeros cristianos lo adoptaron como un signo de la victoria sobre la muerte.

San Judas Tadeo lleva la palma en su brazo derecho porque fue martirizado junto con San Simón.

6.- El libro

Otra de las imágenes de San Judas Tadeo lo representa con un libro o un rollo de papel en la mano. Esto hace alusión a la Epístola o Carta de Judas que está incluida en el Nuevo Testamento y cuya autoría se le atribuye a este santo.

El texto fue escrito entre los años 62-65, antes de la caída de Jerusalén. La carta no está dirigida a nadie en particular y trata sobre los falsos maestros y la pureza de la fe.






martes, 24 de octubre de 2017

San Juan Pablo II

Fuente: Aciprensa. 

Karol Józef Wojtyła, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.

Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.

Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.

A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del "Teatro Rapsódico", también clandestino.

Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.

Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.

En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.

El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.

El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral.

Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyła tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.

Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años.

Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la "sollicitudo omnium Ecclesiarum" y por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.

Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese número no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.

Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.

Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.

Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.

Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.

Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.

Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio.

Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999).

Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.

Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.

Publicó también cinco libros como doctor privado: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994);"Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005).

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina.

Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.

El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.

El Papa Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011.

El Santo Padre Francisco lo canonizó, junto a Juan XXIII, el 27 de abril del 2014.

sábado, 7 de octubre de 2017

Nuestra Señora del Rosario

Fuente: ACIPRENSA 

Patrona de Guatemala, su festividad se celebra el 7 de octubre. La devoción a María bajo la advocación de la Virgen del Rosario, se remonta al medioevo y cobra fuerza durante el Renacimiento. En Guatemala, con el establecimiento de los dominicos en Ciudad Vieja, Almolonga, se empezó a difundir la tradición del rezo del Rosario. La primera cofradía del Rosario fue fundada en 1559. Francisco Marroquín, primer obispo consagrado de América, exhortó al pueblo de Santiago, hoy Antigua Guatemala, a «que sería conveniente se erigiese en la iglesia de Santo Domingo la Confraternidad del Rosario, como había en muchos conventos de la Orden, para que ahí se extendiese tan santa devoción». La fiesta del Rosario a nivel mundial tiene su origen en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Según los Papas San Pío V y Gregorio XIII, la ayuda de "Nuestra Señora" y la revelación de que mediante el Rosario se ganaría la batalla, fueron la chispa para instituir la fiesta.

Siglos atrás, Santo Domingo de Guzmán y la Orden de Predicadores habían difundido la devoción en España, Portugal e Italia. Fray Lope de Montoya, predicador dominico en Guatemala, mandó esculpir en madera y plata la imagen de la Virgen del Rosario, terminada en diciembre de 1592. No se conoce el nombre del escultor guatemalteco que esculpió tan maravillosa imagen. Según Antonio de Remesal, «era el mejor que existía en su tiempo en Indias, 1619». Su forma original no puede ser apreciada, pues la imagen se presenta a los fieles revestida de elaboradas vestiduras y adornos.

Antonio de Fuentes y Guzmán escribiría más tarde: «Tiene dos varas de alto y lleva en sus brazos un niño, como de un mes, dormido, de movimiento tan natural, tan vivo y halagüeño...», también lleva un gran rosario en la mano derecha. La tradición popular dice que la Virgen María salió a recorrer América y el Niño se durmió al llegar a Guatemala, por eso se quedó en la imagen así. La imagen es producto de la orfebrería colonial. Es típicamente barroca y representa a María reina del cielo y tierra, con manto y corona imperial, y con el cetro en sus manos. Completa el cuadro la luna bajo sus pies, símbolo de pureza inmaculada. La Virgen tiene un hermoso rostro que, según cuentan sus devotos, cambia su color rosado encendido a otro mucho más pálido cuando surge algún conflicto o se aproxima alguna desgracia para la nación. Fue declarada patrona de Santiago, hoy Antigua Guatemala, en 1651 con ocasión de los temblores que azotaron la ciudad. Luego, en 1717 y 1773, la imagen fue restaurada, debido a los daños ocasionados por los terremotos de Santa Marta. El 1 de enero de 1776, con la instalación de los dominicos en la Nueva Guatemala, hoy la capital del país, la imagen fue trasladada al templo de Santo Domingo en la ciudad de Guatemala, donde se encuentra actualmente. Este templo que fue bendito en 1808, es de estilo neoclásico, aunque con reminiscencias barrocas. Los caudillos de la independencia la escogieron en 1821 como Patrona, cuando reunidos en los claustros de Belén, bajo las órdenes de Juan de la Concepción, determinaron liberar a su país.

Durante el tiempo de la colonia su cofradía fue una de las más grandes de todo el territorio. La Virgen del Rosario fue solemnemente declarada "Reina de Guatemala" en 1833 y coronada canónicamente por monseñor Luis Durou y Sure el 28 de enero de 1934. La gran ceremonia tuvo lugar en la plaza principal, al frente de la fachada de la Catedral, por autorización del Papa Pío XI. La coronación de la imagen debió hacerse al aire libre pues no se halló ningún templo lo suficientemente grande para albergar a la multitud. La corona que el Arzobispo le colocó sobre la cabeza de la bendita imagen, es una valiosa obra de orfebrería que manifiesta la devoción y el entusiasmo popular de los guatemaltecos.


Los artistas que la confeccionaron utilizaron entre otras piedras preciosas, 121 esmeraldas, 44 brillantes, 80 perlas y una rosa de oro. En 1992, a 400 años de que la imagen fuera terminada, fue nombrada Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Guatemala.

lunes, 2 de octubre de 2017

¿Los niños que mueren “se convierten en angelitos”? Sacerdote católico aclara.

Por: Padre Sam.

Normalmente cuando un niño muere, muchos afirman que se convierte en “un angelito más” en el cielo, incluyendo muchos predicadores, seguramente sin mala voluntad. Ahora bien, ¿es esto cierto? ¿Sucede así? Veamos…

Por muy buena intención que tengamos, eso no sucede. Los niños que mueren no se convierten en “angelitos”. Esto porque dos motivos:

  1. Los ángeles ya fueron creados desde el inicio. Como lo relata Col 1,16 “porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles…”. Los ángeles son seres espirituales, no corporales, creados desde el inicio del mundo.
  2. No se puede cambiar de naturaleza. Cada uno de nosotros tiene una naturaleza, la humana. Por su parte, la naturaleza de los ángeles es espiritual.

Por lo dicho anteriormente, cuando un niño muere no se convierte en angelito, pues su naturaleza es distinta a la de un ángel. Esto no excluye que sea alguien inocente, sin culpa alguna. Los que afirman eso, seguramente (espero) no lo hacen con mala intención, sino más bien en el sentido de que es alguien que no se ha contaminado del pecado, pero si somos claros en la doctrina, “el convertirse en ángel” no sucede.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

¡Familia, sé lo que eres!


POR: H.R.

En el número 17 de la exhortación apostólica de su Santidad Juan Pablo II “FAMILIARIS CONSORTIO”, nos exhorta a llevar con amor y entusiasmo la gran misión que tiene la familia. Para que toda familia descubra y encuentre en sí misma la llamada imborrable, que define a su vez su dignidad y responsabilidad.

En esta exhortación el Papá Juan Pablo II, nos transmite que del resiente Sínodo se ha puesto a relieve cuatro cometidos generales de la familia:

1)      Formación de una comunidad de personas;

2)      Servicio a la vida;

3)      Participación en el desarrollo de la sociedad;

4)      Participación en la vida y misión de la Iglesia.

En primer término la familia está llamada a ser formadora de una comunidad de personas. Y dado que, según el designio divino, está constituida como «íntima comunidad de vida y de amor»[44], la familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en una tensión que, al igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su cumplimiento en el Reino de Dios. En una perspectiva que además llega a las raíces mismas de la realidad, hay que decir que la esencia y el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor.

Por ello nosotros como  cristianos estamos llamados a contribuir eficazmente para que en nuestros hogares se viva en el amor, ese amor  que todos necesitamos, y ser esa fuente de esperanza y de amor para nuestros hijos en estos momentos donde la sociedad está en crisis de valores y además tan necesitada de amor en los hogares, vemos con tristeza tantos hogares dañados por la indiferencia, donde cada miembro de la familia vive como en un mundo aparte donde pareciera que nadie necesita de ninguno de los miembros de la familia, muchas de las veces utilizando esa frase tan sonada, “recibo más de personas que no son de mi familia”,  por eso debemos de aprender a amar con ese espíritu de hermanos y de hijos de Dios, dejando atrás esas costumbres de sentirse mejor con personas que nos son de nuestra familia, porque no puedo dar en otro lugar lo que en seno de mi familia no pude dar, por eso siempre de la mano de Dios debemos de contribuir activamente en el restablecimiento de las relaciones familiares para que una vez logrado, podamos ser buen ejemplo para nuestros hijos y para la comunidad,  solo así estaremos en condiciones de  “custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa”.

Estamos llamados también a trabajar incansablemente a favor de la vida, toda vez que el amor de los esposos tiene esa gran particularidad de servir en el misterio de la vida y de amor de Dios mismo,  es necesario motivar a todos nuestros hermanos en Cristo a velar siempre por defender la vida, a  no callar, y hacer lo necesario para que nunca se trunque una vida en ninguna de sus etapas desde la concepción. Además de velar siempre por nuestros hermanos, un gran ejemplo nos da el Papá Pio XII, quien sin importar las diferencias que en el momento de su papado había con los judíos, ayudo y refugio a miles de ellos cuando eran perseguidos por los Alemanes, sin importar sus creencias si no que prevaleció el espíritu de ayuda y de preservar la vida de sus semejantes. Es así como principalmente nosotros debemos de cuidar nuestra vida y siempre velar por la vida de los demás, especialmente de los más indefensos.

Es importante  que la familia cristiana contribuya activamente en el desarrollo de la sociedad, en trabajar por el bien de la comunidad  y el entorno en que vivimos, para que seamos participes activos de su desarrollo y no solo seamos críticos y espectadores de lo que sucede a nuestro alrededor, si no que a imagen de tantas personas dentro de la Iglesia, que han luchado y trabajado para crear dispensarios médicos, hospitales, escuelas, etc… nosotros también como fieles de nuestra Parroquia podemos trabajar de la mano de nuestros sacerdotes y personas de buena voluntad, para crear, por ejemplo un dispensario médico en nuestra comunidad Parroquial y sea un alivio para nuestros hermanos más necesitados, que muchas veces no se atienden de sus enfermedades, por no contar con los recursos necesarios, para pagar una consulta médica, estudios clínicos, etc. Llevando sus enfermedades sencillas a extremos demasiado complicados.

Y por último las familias están llamadas a participar en la vida y misión de la Iglesia, toda vez que dando testimonio de nuestra vida en familia es cómo podemos transmitir el Evangelio de nuestro señor Jesucristo a  nuestros hermanos, para eso se necesita que las familias se comprometan activamente en este cometido, siempre con el espirito de comunión, de amor y fraternidad con nuestros hermanos, para que juntos vayamos caminando en la construcción del reino de Dios, ya que si no hay compromiso de servicio los trabajos son más pesados. Y en este contexto estamos llamados a trabajar por la misma causa todos los grupos Parroquiales de la pastoral familiar y pastoral juvenil.

lunes, 25 de septiembre de 2017

El Padre Pío, Vida y milagros de San Padre Pío de Pietrelcina

Por: Tanya Torres

¿Quién fue el Padre Pío?

El Padre Pío de Pietrelcina fue un sacerdote franciscano nacido en Pietrelcina, un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, Italia, el 25 de mayo de 1887. Nacido en una familia muy devota, el pequeño Francesco Forgione, se convertiría en un místico que no solo podría realizar milagros de todo tipo sino que también recibiría los estigmas de Cristo.

Desde muy temprano mostró inclinación por la vida espiritual y al llegar a la adolescencia quiso consagrar su vida a Dios.

Sus padres buscaron la manera de ayudarlo. Como no poseía la educación requerida para entrar a un convento, su padre viajó a Estados Unidos para ganar el dinero necesario para pagar los estudios de su hijo. Así Francesco pudo entrar a hacer su noviciado con los frailes capuchinos en Morcone, y en 1905 tomó los hábitos franciscanos y el nombre de Fra Pio, en honor al Papa Santo Pío V, patrón de Pietrelcina. En 1910 se convirtió en sacerdote.

Una vida llena de dolor

Su vida estuvo plagada por todo tipo de enfermedades. Sufrió de gastrinteritis, fiebre tifoidea, tuberculosis, bronquitis, hernias, tumores, rhinitis, otitis y pleuritis exudativa, entre otros males. Sus enfermedades comenzaron a la vez que sus visiones y aunque pasó una parte considerable de su vida enfermo, su vida espiritual fue tan prolífica comos sus enfermedades.

Uno de sus dolores más intensos fue el de los estigmas, no solo por el dolor físico, sino por la vergüenza que le producía tener un signo físico de santidad.

El Padre Pío murió el de 23 septiembre de 1968 a los 81 años en San Giovanni Rotondo, Foggia, Italia, lugar donde pasó la mayor parte de su vida. Fue beatificado el 2 de mayo de 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002 por el Papa Juan Pablo II en Roma.

Los milagros del Padre Pío


El Padre Pío realizó muchos milagros en vida, entre ellos muchas sanaciones, multiplicación de la Hostia Consagrada, levitación, y hablar en el idioma de la personas que los escuchaba.

Poseía dones para la bilocación , la clarividencia y veía apariciones de muertos, la Virgen María, los ángeles y Jesucristo. También emanaba un aroma particular o perfume.

Hoy en día, personas de todo el mundo siguen reportando milagros y ocasiones en que el Padre Pío los ha ayudado.

El eterno Padre Pío

Una de las frases célebres del Padre Pío fue “Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra.” Fiel a su promesa, el Padre Pío continúa ayudando a los seres humanos que piden su ayuda.

El Papa Juan Pablo II compuso una oración que puedes usar para para obtener la ayuda y la bendición del Padre Pío: Oración para el Padre Pío compuesta por el Papa Juan Pablo II.

San Padre Pío de Pietrelcina es uno de los santos más amados y venerados de hoy en día por personas de todas partes del mundo. Su intercesión ha ayudado a miles de personas a obtener los milagros que llenan de paz y alegría su vida. Su entrega total en cuerpo y alma Dios hizo del Padre Pío un maestro de espiritualidad.

El Padre Pío tuvo una relación muy estrecha con los ángeles: San Padre Pío y los ángeles.



miércoles, 20 de septiembre de 2017

Para que el dialogo valga la pena

Por: H.R.

Muchas de las parejas que tienen problemas conyugales, son por la falta de dialogo, buscando a veces ayuda profesional y espiritual, mismos que llegan a la conclusión de sugerir  que se fortalezca el dialogo, ya que éste es la llave maestra que abre las puertas del entendimiento, que les va ayudando a superar las dificultades de la relación conyugal y familiar.


En este sentido el Papá Francisco en su  EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL “AMORIS LAETITIA”, sugiere que vayamos más allá y nos da las luces para que el diálogo valga la pena, y esto lo podemos leer en el número 141 de “AMORIS LAETITIA”, que dice, 141. Finalmente, reconozcamos que para que el diálogo valga la pena hay que tener algo que decir, y eso requiere una riqueza interior que se alimenta en la lectura, la reflexión personal, la oración y la apertura a la sociedad. De otro modo, las conversaciones se vuelven aburridas e inconsistentes. Cuando ninguno de los cónyuges se cultiva y no existe una variedad de relaciones con otras personas, la vida familiar se vuelve endogámica y el diálogo se empobrece.

Esto es lo que muchos de los matrimonios omitimos, ya que una vez que se busca ayuda y se nos sugiere practicar el dialogo conyugal, lo hacemos y exponemos nuestro sentir a la pareja, incluso llegamos a una reconciliación y atención, que muchas de las veces dura muy poco, toda vez que no podemos seguir hablando del mismo problema todo el tiempo, si no que, en pareja debemos de seguir compartiendo experiencias de vida, cosa nuevas que aprendemos o cultivamos a través de la lectura, para que cada día tengamos algo nuevo de que hablar con nuestro cónyuge, no olvidando que,  los asuntos que deben de prevalecer antes de cualquier tema que queramos compartir, es el dar solución a los problemas que surjan y que afecten directamente la estabilidad conyugal y familiar, pero una vez dialogado y buscado una solución, debemos seguir hablando diariamente de cosas nuevas aprendidas mediante la lectura de algún tema de interés.

Nos invita también,  en el mismo tenor de que para que el dialogo valga la pena, debemos  enriquecernos con la reflexión personal, ya que esta,  es muy importante para analizar en que estamos fallando como pareja, como padres y como ser humano, ya que alcanzando a comprender y aceptar que personalmente uno también falla y comete errores, a veces mucho más mayúsculos que la pareja, solo asi podemos entender a nuestro cónyuge y poder establecer un buen dialogo que va a rendir buen fruto.

Y encaminado a lo anterior,  algo fundamental que no podemos dejar pasar es la oración, que va aparejado y de la mano con la reflexión personal, ese diálogo permanente con Dios, pidiéndole siempre que nos de esa sabiduría para poder poner nuestras emociones y sentimientos en orden, y nos de la luz para resolver las situaciones que se nos presenten, sin anteponer nuestro orgullo y soberbia, la cual tantos malos ratos nos ha hecho pasar, y en cambio nos de esa fuerza para poder ser como nuestro Señor Jesucristo para ser manso y humilde de corazón en cualquier situación que se pretenda resolver a través del dialogo. 

Y por último en esta reflexión analizamos esta sugerencia del Papá, el abrirnos a la sociedad, muchas veces como pareja y como familia nos cerramos y no queremos acercarnos y abrirnos a la sociedad, en este sentido la iglesia tiene un buen número de grupos parroquiales, a los cuales podemos pertenecer y ahí empezar a vivir en comunidad, conociendo nuevos matrimonios y familias, de las cuales podemos tener testimonios vivos para que a  reflejo  de ellos podamos aprender cosas nuevas, que nos ayudaran a salir adelante y tener una mayor estabilidad conyugal y familiar, además de que los grupos cuentan con una infinidad de herramientas, que han ayudado a muchas a resolver situaciones un poco complejas con la ayuda y asistencia sacerdotal.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Cinco cosas que debes saber sobre el papa Juan XXIII

Fuente: CNN en Español, CNN

1. Nació en la pobreza estaba orgulloso de ello

Angelo Giuseppe Roncalli, el hombre que se convertiría en el Papa Juan XXIII, fue el tercero de los 13 hijos sobrevivientes de una familia de campesinos en el pequeño pueblo de Sotto il Monte, cerca de Bérgamo, en el norte de Italia en noviembre de 1881.

Roncalli se fue de casa para estudiar para el sacerdocio a los 11 años, pero incluso después de que se convirtió en Papa en 1958 a la edad de 76 años él evitó las trampas de su posición, y se negó a beneficiarse de ella, tanto para sí mismo como para su familia.

En su última voluntad y testamento, el Papa Juan XXIII escribió: "Nacido pobre, pero humilde y respetado, estoy particularmente contento de morir pobre. Doy gracias a Dios por esta gracia de la pobreza a la que juré fidelidad en mi juventud ... que me ha fortalecido en mi determinación para nunca pedir nada -dinero o favores- ni para mí, ni para mis familiares y amigos".

Cuando Juan XXIII murió en junio de 1963 fue llorada en todo el mundo como "Il Papa Buono" ("El Papa Bueno"). Dejó de su "fortuna" personal a sus familiares que le sobrevivieron menos de 20 dólares para cada uno.

2. Salvó la vida de los Judíos que huyeron de los nazis

Roncalli abandonó su formación religiosa durante la Primera Guerra Mundial para servir como asistente médico y luego como capellán militar.
Durante la Segunda Guerra Mundial Roncalli, entonces arzobispo, ocupaba el cargo de jefe de la misión diplomática del Vaticano en Turquía, y fue diplomático del Vaticano en Grecia.

Mientras estuvo allí, salvó las vidas de muchos Judíos que huyeron del Holocausto, proporcionándoles visados ​​de tránsito y otros documentos vitales que les permitieron salir de Europa.

En reconocimiento a sus esfuerzos, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg ha pedido a Yad Vashem, el monumento oficial a las víctimas judías del Holocausto, que incluya el nombre de Juan XXIII como uno de los "Justos entre las Naciones", que no son Judíos y son reconocidos formalmente por arriesgar sus vidas para salvar Judíos.

Una vez que se convirtió en Papa, Juan XXIII trabajó para mejorar las relaciones entre católicos y otras confesiones; una de sus reformas fue eliminar la frase "Judíos pérfidos" de la tradicional oración del Viernes Santo.

3. Estrictamente hablando, él no fue el primer Papa Juan XXIII

Ese honor pertenece al cardenal Baldassare Cossa, el primero de una serie de pretendientes al trono papal a finales de los siglos XIV y XV, cuando la Iglesia Católica Romana se dividió por el Cisma de Occidente.

La división, que duró desde 1378 hasta 1418, vio cómo Papas rivales eran elegidos por facciones opuestas de la iglesia. Cossa fue nombrado Papa Juan XXIII en 1410, pero se vio obligado a abdicar -junto a los papas Gregorio XII y Benedicto XIII- cinco años después de resolverse la brecha.

Hoy en día, el Papa Gregorio XII se considera el único y verdadero pontífice de aquel periodo: Benedicto XIII, Juan XXIII y su antecesor Alejandro V son todos considerados como "antipapas", razón por la cual Roncalli se convirtió en Juan XXIII, y no a Juan XXIV, cuando fue elegido Papa.

4. Tuvo un papel clave en la crisis de los misiles de Cuba

En octubre de 1962, con EE.UU. y Rusia al borde de la guerra nuclear, el Papa Juan XXIII contribuyó a que ambos países dieran marcha atrás instando al presidente John F. Kennedy y el líder ruso, Nikita Khrushchev, a que actuaran con moderación.

Durante un mensaje transmitido por la Radio Vaticana en el apogeo de la crisis, el Pontífice declaró: "Pedimos a los jefes de Estado que no permanezcan sordos al clamor de la humanidad:"¡Paz, paz!".

"He oído que [el mensaje] llegó a Khrushchev" dijo a CNN el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington. "El Papa busca la paz, y ¿por qué no ser un hombre de la paz? Bueno, voy a ser el hombre de paz", dijo según McCarrick.

Días después del discurso del Papa, Khrushchev comenzó a retirar los misiles rusos de Cuba, y desactivó la crisis. Meses más tarde, Juan XXIII publicó la encíclica "Pacem in Terris" (" Paz en la Tierra "), dirigida "a todos los hombres de buena voluntad", y pidiendo a las poblaciones del mundo que convivieran en armonía.

5. A diferencia de otros santos, el Papa Juan XXIII sólo realizó un milagro

En el marco del proceso de beatificación y canonización normal, una persona que ha vivido una vida santa y virtuosa se ​​declara primero "venerable", luego "bendecido" y finalmente es nombrado santo. Pero para ser candidato a la santidad debe demostrarse que han realizado dos milagros.

El Papa Juan Pablo II, que será canonizado al mismo tiempo que Juan XXIII, se dice que ha curado a una monja francesa de la enfermedad de Parkinson, y a una mujer de Costa Rica de un aneurisma cerebral.

Sin embargo, de Juan XXIII sólo se ha acreditado un milagro. En cambio, la decisión de canonizar se basa en su enorme popularidad, y en su papel como el "fundador" del Concilio Vaticano II (Vaticano II), según los expertos.

"Ya era un milagro certificado para su beatificación en 2000" dijo el analista del Vaticano John Allen a CNN en septiembre de 2013. "El Papa Francisco ha decidido que puede ir directamente a la santidad".

De hecho, algunos dirían que su canonización es ya un hecho desde hace mucho tiempo.


En su entrada en la Enciclopedia Británica se señala: "El pontífice se convirtió en una especie de figura paterna para el mundo". Y añade "Si se mantuviera la costumbre antigua de canonización popular que aún estaba en vigor en 1963, probablemente él habría sido nombrado santo inmediatamente por la muchedumbre llorosa que se reunió en la Plaza de San Pedro, cuando se anunció su muerte".

25 razones para agradecerle a tu amigo sacerdote. No esperes más.

Fuente: www.padresam.com
En la actualidad, el mundo está al pendiente de “descubrir” toda falla posible de la Iglesia, todos se escandalizan ante las fallas de los sacerdotes (¡y cuando es justo, así debe ser!); sin embargo, la Iglesia también está llena de sacerdotes que sí son fieles a su llamado… ¿te has detenido a darle gracias a Dios por nuestros sacerdotes? Aquí te damos 25 motivos por los cuales darle las gracias a tu amigo sacerdote.

Gracias por existir.
Gracias por su sí a Dios.
Gracias por sus manos ungidas con las que nos regala a Cristo en cuerpo y Sangre.
Gracias por ser Ministro de Cristo.
Gracias por cada Eucaristía vivida con amor.
Gracias por cada absolución.
Gracias por sus desvelos.
Gracias por sus homilías.
Gracias por sus regaños (aun cuando me hicieron enojar).
Gracias por sus consejos.
Gracias por mostrarnos a Cristo a través d su imperfección.
Gracias por no tirar la toalla.
Gracias por cada Cuaresma.
Gracias por cada Pascua.
Gracias por su lucha constante.
Gracias porque aun cuando no ha querido, usted ha permanecido fiel.
Gracias por pensar primero en nosotros que en usted.
Gracias por la paciencia (sí, admitimos que solemos molestar mucho).
Gracias por su Amor a la Iglesia y a nosotros.
Gracias porque Dios se ha valido de usted para llevarnos como su rebaño al cielo.
Gracias por elegir el camino menos transitado solo por Amor.
Gracias por cada renuncia en nombre de Dios.
Gracias por rezar por nuestra salvación.
Gracias por su amistad.
¡¡Gracias por ser sacerdote de Cristo‼
Los amamos. Rezamos por ustedes. Gracias, por tanto.
Con amor,  Lisseth Cruz Bonilla y Karla Estrada Navarro.

Los bienes y las exigencias del amor conyugal

El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable.

Fuente: catholic.net/catecismo de la iglesia.

El amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona -reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad-; mira una unidad profundamente personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a no tener más que un corazón y un alma; exige la indisolubilidad y la fidelidad de la donación recíproca definitiva; y se abre a fecundidad. En una palabra: se trata de características normales de todo amor conyugal natural, pero con un significado nuevo que no sólo las purifica y consolida, sino las eleva hasta el punto de hacer de ellas la expresión de valores propiamente cristianos

Unidad e indisolubilidad del matrimonio

El amor de los esposos exige, por su misma naturaleza, la unidad y la indisolubilidad de la comunidad de personas que abarca la vida entera de los esposos: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" .

"Están llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total". Esta comunión humana es confirmada, purificada y perfeccionada por la comunión en Jesucristo dada mediante el sacramento del matrimonio. Se profundiza por la vida de la fe común y por la Eucaristía recibida en común.

"La unidad del matrimonio aparece ampliamente confirmada por la igual dignidad personal que hay que reconocer a la mujer y el varón en el mutuo y pleno amor". La poligamia es contraria a esta igual dignidad de uno y otro y al amor conyugal que es único y exclusivo.

La fidelidad del amor conyugal

El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. "Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos personas, como el bien de los hijos exigen la fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad".

Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su Iglesia. Por el sacramento del matrimonio los esposos son capacitados para representar y testimoniar esta fidelidad. Por el sacramento, la indisolubilidad del matrimonio adquiere un sentido nuevo y más profundo.

Puede parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano. Por ello es tanto más importante anunciar la buena nueva de que Dios nos ama con un amor definitivo e irrevocable, de que los esposos participan de este amor, que les conforta y mantiene, y de que por su fidelidad se convierten en testigos del amor fiel de Dios. Los esposos que, con la gracia de Dios, dan este testimonio, con frecuencia en condiciones muy difíciles, merecen la gratitud y el apoyo de la comunidad eclesial.

Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy diversas. En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres para contraer una nueva unión. En esta situación difícil, la mejor solución sería, s i es posible, la reconciliación. La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que permanece indisoluble.

Hoy son numerosos en muchos países los católicos que recurren al divorcio según las leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión. La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo ("Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio": que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio. Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total continencia.

Respecto a los cristianos que viven en esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de aquellos no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados:

Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios.


La apertura a la fecundidad

"Por su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y a la educación de la prole y con ellas son coronados como su culminación":

Los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de sus mismos padres. El mismo Dios, que dijo: "No es bueno que el hombre esté solo, y que hizo desde el principio al hombre, varón y mujer", queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: "Creced y multiplicaos".

De ahí que el cultivo verdadero del amor conyugal y todo el sistema de vida familiar que de él procede, sin dejar posponer los otros fines del matrimonio, tienden a que los esposos estén dispuestos con fortaleza de ánimo a cooperar con el amor del Creador y Salvador, que por medio de ellos aumenta y enriquece su propia familia cada día más.

La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos. En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la vida.

Sin embargo, los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente. Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio.

Natividad de la Santísima Virgen, 08 de Septiembre.

Natividad de la Virgen María.
Fiesta de la Natividad de la bienaventurada Virgen María, de la estirpe de Abrahán, nacida de la tribu de Judá y de la progenie del rey David, de la cual nació el Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu Santo, para liberar a la humanidad de la antigua servidumbre del pecado.

Un anticipo y anuncio inmediato de la redención obrada por Jesucristo es el nacimiento de su Madre la Virgen María, concebida sin mancha de pecado, llena de gracia y bendita entre todas las mujeres.

En Jerusalén, en la Iglesia de Santa Ana. La primera fuente de la narración del nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una basílica en honor a la María Santísima, junto a la piscina probática, según cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600.

Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen. Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición.

La fiesta de la Natividad de la santísima Virgen surgió en oriente, y con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el s. v. Allí estaba siempre viva la tradición de la casa natalicia de María. La fiesta surgió muy probablemente como dedicación de una iglesia a María, junto a la piscina probática; tradición que se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Los tres enemigos del alma… y cómo combatirlos.


Por: Lisseth Cruz Bonilla

Si hay algo que tiene el demonio es que trabaja sin cesar, busca todas las maneras de hacernos caer en la tentación, utiliza todos los medios posibles para hacernos caer y alejarnos de la gracia de Dios. La Escritura menciona cuáles son los tres enemigos del alma (el demonio, el mundo y la carne), y hoy queremos recordarte cómo enfrentarlos.

Si Cristo, el hijo de Dios, Santo, el libre de toda culpa y pecado, que no tenía inclinaciones al pecado, fue acechado por el demonio… cuánto más nosotros los seres humanos que somos frágiles, débiles, inclinados naturalmente al mal por la herida del pecado original (Mt. 4, 1-11).
  1. El demonio con sus tentaciones, engañando con apariencias de bien. Éste ataca espiritualmente de tres maneras:
  • Insinuaciones: el demonio conoce las debilidades de cada uno, pues nos persigue continuamente por lo tanto pone lo que sabe que nos hace caer en el pecado a causa de esa debilidad. Utiliza los sentidos y los pensamientos para poner deseos de pecar. Nos hace desear cosas desagradables a los ojos de Dios, para alejarnos de él y que nos condenemos.
  • Obsesiones: cuando el demonio se instala en la mente con pensamientos y seguridades mal sanas. Son mentiras que el enemigo utiliza para engañar, o verdades que las desfigura para hacernos daño.
  • Posesiones: cuando hay contactos directos con los cultos satánicos o actos de brujería, guija el enemigo toma control del cuerpo y se instala visiblemente en la persona.
Es necesario descubrirlo, desenmascararlo, pues al encontrarse descubierto huye despavorido.
2. El mundo son los criterios relajados, costumbres corruptoras, ambientes pervertidos con sus atractivos, que tienen fuerza seductora. El mundo nos ofrece tantas alternativas muy atractivas que están fuera de la voluntad de Dios. Los vicios, las diversiones mal sanas, las amistades inadecuadas, estilos de vida licenciosos, celebraciones malvadas son platos que a la vista son deliciosos, pero que al probarlos son veneno para nuestras almas.
3. La carne con sus inclinaciones al pecado: el cuerpo busca la comodidad, la facilidad, la riqueza, el poder, las soluciones rápidas. Son nuestras debilidades puestas al servicio del mal y el pecado, es la gravedad que atrae hacia el mal. No nos referimos al cuerpo que es santo y templo vivo del Espíritu Santo, sino los deseos pecaminosos o concupiscencia de la carne.

¡Cuidado! Ante las tentaciones del demonio corremos un peligro terrible, pecar y volvernos amigos del mundo y enemigos de Dios. Cuando rechazamos su voluntad y nos adherimos a doctrinas esotéricas, horóscopos, celebraciones mundanas que rinden culto al mal y no al Dios de la vida, que nos ama y se entregó por nosotros, nos volvemos en su contra, peleamos contra él. Como dice la escritura el que no está con Él está contra Él (Mt 12,30). Además las supersticiones, las brujerías, los “males”, abren puertas al demonio y se cierran a Dios y a su gracia.

La única manera para salir victorioso de las seducciones del mal es permanecer en la gracia de Dios. Esto es por medio de una VIDA SACRAMENTAL ACTIVA, participando y buscando con necesidad los sacramentos, especialmente la CONFESIÓN y la SAGRADA COMUNIÓN. La Misericordia del Señor es infinita, si recurrimos a Cristo, Él no nos dejará desamparados, pues donde abundó el pecado sobreabundó la gracia (Romanos 5,20).

Además de vivir la gracia Sacramental es necesaria la Lectura de la Palabra de Dios y la Oración, pues estos medios son infalibles en la lucha contra las persecuciones del maligno pues como la escritura nos enseña “nos basta su gracia” (1ª Cor 7-9). Hagamos diariamente el salmo 141 para pedirle al señor no sucumbir ante las seducciones del mal.

Invoquemos diariamente la ayuda de nuestra Madre Santísima, ella venció los enemigos del alma y Dios puso enemistad entre Ella y el demonio. Si vamos con María, ganaremos la batalla, ya que el demonio no soporta ni escuchar su nombre. Invoquemos también a nuestro Ángel de la Guarda y a San Miguel Arcángel para que nos ayuden a vencer.